ALVARO URIBE: EL PERRO DEL IMPERIO (PARTE I)

Que otro calificativo sino el de perro, podría recibir este presidente títere de Bush II, que antepone los intereses del Imperio a los del pueblo latinoamericano. Alterando la paz y la unidad que cada vez se hace más fuerte en Latinoamérica, solo un lacayo de un Imperio al que esa unidad no le conviene podría actuar de tal manera, ese es el actual presidente de Colombia: Álvaro Uribe.
Una vez más las garras del imperialismo y de la para-oligarquía colombiana, amenaza la creciente revolución latinoamericana. El eterno perro faldero del imperialismo Alvaro Uribe y la para-oligarquía, planean ahora una estrategia para acusar de terroristas a los gobiernos libres y soberanos de Rafael Correa y Hugo Chávez. El teatro ya estaba planeado desde las oficinas de la CIA y la Casa Blanca. Así empezó la función:
La primera parte del plan consistía en asaltar un campamento guerrillero y matar a todos sus integrantes mientras dormían, pero no tenía que ser cualquier campamento guerrillero, era el campamento donde se encontraba Raúl Reyes, quién estaba encargado de los procesos de liberación de los secuestrados (incluida Ingrid Betancourt), proceso que se había abierto gracias a la intervención de Hugo Chávez y la senadora colombiana Piedad Córdova, quienes lograron en pocos meses más avances que el gobierno de Uribe y el criminal Plan Colombia en casi diez años. Obviamente esto no le convenía al Imperio, ya que ellos le daban millones de dólares a Uribe y a los paramilitares para que sigan con la guerra mientras que la intermediación hacia unas conversaciones de paz por parte de una senadora colombiana, y los presidentes de Venezuela, Ecuador y Francia habían hecho más por encontrar una solución al conflicto. Esto había traído más simpatía internacional por Chávez algo que el imperialismo yanqui y la para-oligarquía colombiana no podían tolerar por eso tenían que acabar de cualquier manera con las conversaciones, el asesinato de Reyes era el plan perfecto para lograr tal propósito.
Luego del “éxito” de la primera fase, era hora de la segunda fase, la intervención al campamento de Reyes no tenía que ser sino en Ecuador, es decir fuera de las fronteras de Colombia, ya que de este modo darían la imagen internacional de que en Ecuador se refugian los guerrilleros y luego el golpe final: la lap top “a prueba de bombas”, ya que coincidentemente resistió al bombardeo que las FFAA colombianas dicen, lanzaron contra el campamento ¿Qué casualidad, no?, en esa supuesta lap top de Raúl Reyes, se encontró “importante” información que vinculaba a las FARC con los gobiernos de Rafael Correa y Hugo Chávez. Para ello se valieron de unos documentos que obviamente habían sido prefabricadas por la CIA y el gobierno colombiano, y es que acaso alguien podría creer que una guerrilla convencional como las FARC estén interesadas en ¡comprar uranio!, es una gran farsa que los serviles medios de comunicación se encargaron de difundir y de señalar a Chávez como terrorista, la segunda parte del plan estaba hecha.