El 18 de diciembre último se cumplieron 15 años del cobarde asesinato del secretario general de la Central General de Trabajadores del Perú (CGTP) Pedro Huilca Tecse por parte del grupo paramilitar “Colina” -grupo responsable de la matanza de Barrios Altos, La Cantuta y muchos otros- el mismo que actuaba bajo las órdenes de la dictadura de Fujimori. Huilca había mostrado su oposición al autogolpe del 5 de abril de Fujimori y a sus políticas anti laborales en las que se destruían los derechos de los trabajadores que habían sido adquiridos tras históricas jornadas de lucha y protesta a lo largo del siglo pasado.
Luego de que Fujimori ganará las elecciones gracias a la demagogia y al populismo, empezó a aplicar el modelo económico neoliberal en el Perú, así se empezaron a vender las empresas estatales de servicios públicos, que trajo como consecuencia el despido masivo de trabajadores y el encarecimiento de estos servicios, entregaría los recursos naturales a las transnacionales, todo esto bajo el beneplácito de imperialismo global que luego de la disolución de la URSS se creían ya los dueños del mundo y ensayaban las más alucinantes teorías sociales (el fin de la historia, etc.) para justificar su dominio.
En ese contexto donde la dictadura luego del autogolpe se hacía más poderosa, donde los derechos de los trabajadores eran pisoteados y donde ninguna institución estatal respetaba ya los derechos humanos, es elegido como Secretario General de la CGTP Pedro Huilca en abril de 1992, inmediatamente la CGTP convocó a marchas de protesta que fueron multitudinarias, se había convertido en todo un obstáculo para la dictadura.
El 05 de diciembre, 13 días antes de su asesinato, Fujimori en su participación en el CADE –el cónclave de la oligarquía peruana- en Ica dijo en tono amenazante: “vamos a acabar con las cúpulas sindicales”, con el mismo tono amenazante habló el ministro de economía Carlos Boloña. La amenaza ya estaba lanzada, pero Huilca lejos de amilanarse escribió un discurso crítico a la dictadura apenas tres días antes de su muerte, este sería conocido como su “Testamento político”, tres días después, el 18 de abril de 1992, sujetos armados balean el auto donde se encontraba Huilca con sus hijos asestando un duro golpe al movimiento sindical.
En la actualidad el ahora reo Alberto Fujimori viene siendo procesado por crímenes de lesa humanidad y por corrupción, la mayor parte de los que participaron en la dictadura y han sido condenados, y la mayor parte de miembros del grupo Colina se encuentra en prisión, mientras el movimiento sindical pese a todos los goles recibidos aún se mantiene, como escribió Huilca: “Por encima de nuestra libertad personal y aún de nuestras vidas, está la causa por la que luchamos, que sobrevivirá, sin duda alguna, al fujimorismo”.
Luego de que Fujimori ganará las elecciones gracias a la demagogia y al populismo, empezó a aplicar el modelo económico neoliberal en el Perú, así se empezaron a vender las empresas estatales de servicios públicos, que trajo como consecuencia el despido masivo de trabajadores y el encarecimiento de estos servicios, entregaría los recursos naturales a las transnacionales, todo esto bajo el beneplácito de imperialismo global que luego de la disolución de la URSS se creían ya los dueños del mundo y ensayaban las más alucinantes teorías sociales (el fin de la historia, etc.) para justificar su dominio.
En ese contexto donde la dictadura luego del autogolpe se hacía más poderosa, donde los derechos de los trabajadores eran pisoteados y donde ninguna institución estatal respetaba ya los derechos humanos, es elegido como Secretario General de la CGTP Pedro Huilca en abril de 1992, inmediatamente la CGTP convocó a marchas de protesta que fueron multitudinarias, se había convertido en todo un obstáculo para la dictadura.
El 05 de diciembre, 13 días antes de su asesinato, Fujimori en su participación en el CADE –el cónclave de la oligarquía peruana- en Ica dijo en tono amenazante: “vamos a acabar con las cúpulas sindicales”, con el mismo tono amenazante habló el ministro de economía Carlos Boloña. La amenaza ya estaba lanzada, pero Huilca lejos de amilanarse escribió un discurso crítico a la dictadura apenas tres días antes de su muerte, este sería conocido como su “Testamento político”, tres días después, el 18 de abril de 1992, sujetos armados balean el auto donde se encontraba Huilca con sus hijos asestando un duro golpe al movimiento sindical.
En la actualidad el ahora reo Alberto Fujimori viene siendo procesado por crímenes de lesa humanidad y por corrupción, la mayor parte de los que participaron en la dictadura y han sido condenados, y la mayor parte de miembros del grupo Colina se encuentra en prisión, mientras el movimiento sindical pese a todos los goles recibidos aún se mantiene, como escribió Huilca: “Por encima de nuestra libertad personal y aún de nuestras vidas, está la causa por la que luchamos, que sobrevivirá, sin duda alguna, al fujimorismo”.
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