El columnista de El Comercio, Hugo Guerra, empieza su artículo de ayer[1], malhumorado como siempre –y ahora, tal vez, con razón- , hablando sobre la patraña aprista para acusar al ex presidente Toledo y así desviar la atención sobre el caso Alva Castro. Claro que Guerra no lo dice tan directamente, no se atreve o no le conviene (por que claramente representa intereses burgueses y gobiernistas) o quizás su cerebro – o su hígado – no le permiten ver todo el contexto político.
Guerra, en cambio, acusa de ello a “los canallas que mendigan méritos a partir de la intriga, la manipulación fiscal y el escándetele de curul” pero antes de dar esta afirmación se encarga de exculpar y excluir de la anterior afirmación a Alan García y a los apristas que precisamente son los maestros de las patrañas y los montajes para ocultar la ineficiencia de su gobierno o los actos de corrupción de sus funcionarios.
Luego no desaprovecha la oportunidad de atacar al ex candidato presidencial Ollanta Humala, ese mismo que seguramente le hizo sentir temor y odio en aquellos días de campaña donde los escritores más reaccionarios, no escatimaban esfuerzos en atacar, seguramente hasta maletas hubiera estado preparando, ese es el miedo que le tenían la oligarquía nacional y sus representantes que veían como sus privilegios de clase estaban en riesgo, a muchos oligarcas se les escarapelaba el cuerpo con solo escuchar su nombre. Así Guerra para referirse a Ollanta y su movimiento empieza a desfilar calificativos para nada comprobables ni verídicos pero que seguramente hemos escuchado hasta el hartazgo en los medios de comunicación, como si de un guión bien aprendido se tratara (¿y no fue así?), “golpista, líder anti sistema, o para referirse a su movimiento “pseudonacionalistas, socios del narcotráfico”, se ve pues que es uno de los que se aprendió bien el guión de la oligarquía para referirse a Ollanta Humala, total, para Guerra, no se podría referirse a Ollanta o el movimiento que él lidera sin anteponer o mencionar dichos calificativos.
Llama además reunión “contra natura” al encuentro que tuvieron Ollanta Humala con Alejandro Toledo, ¿contra natura porqué? O es que uno solo puede hablar o discutir con personas que piensan exactamente igual que uno, no que había libertad de reunión, o es que solo es para los miembros de la oligarquía. Muy naturales, seguramente le parecerá al señor Guerra las reuniones del APRA con la mafia fujimoristas.
Se muestra de acuerdo con la renuncia de los ministros del Interior y Salud pero no por los casos de corrupción que se le imputan –“chantajes de la voracidad interpeladora” según él -sino para aliviar del “peso político” a Alan.
Así como hay, como señala Hugo Guerra, política de aguas puercas, también existen artículos de letras puercas como las que él escribe y termina comportándose como las ratas de albañal que el mismo describe.
Guerra, en cambio, acusa de ello a “los canallas que mendigan méritos a partir de la intriga, la manipulación fiscal y el escándetele de curul” pero antes de dar esta afirmación se encarga de exculpar y excluir de la anterior afirmación a Alan García y a los apristas que precisamente son los maestros de las patrañas y los montajes para ocultar la ineficiencia de su gobierno o los actos de corrupción de sus funcionarios.
Luego no desaprovecha la oportunidad de atacar al ex candidato presidencial Ollanta Humala, ese mismo que seguramente le hizo sentir temor y odio en aquellos días de campaña donde los escritores más reaccionarios, no escatimaban esfuerzos en atacar, seguramente hasta maletas hubiera estado preparando, ese es el miedo que le tenían la oligarquía nacional y sus representantes que veían como sus privilegios de clase estaban en riesgo, a muchos oligarcas se les escarapelaba el cuerpo con solo escuchar su nombre. Así Guerra para referirse a Ollanta y su movimiento empieza a desfilar calificativos para nada comprobables ni verídicos pero que seguramente hemos escuchado hasta el hartazgo en los medios de comunicación, como si de un guión bien aprendido se tratara (¿y no fue así?), “golpista, líder anti sistema, o para referirse a su movimiento “pseudonacionalistas, socios del narcotráfico”, se ve pues que es uno de los que se aprendió bien el guión de la oligarquía para referirse a Ollanta Humala, total, para Guerra, no se podría referirse a Ollanta o el movimiento que él lidera sin anteponer o mencionar dichos calificativos.
Llama además reunión “contra natura” al encuentro que tuvieron Ollanta Humala con Alejandro Toledo, ¿contra natura porqué? O es que uno solo puede hablar o discutir con personas que piensan exactamente igual que uno, no que había libertad de reunión, o es que solo es para los miembros de la oligarquía. Muy naturales, seguramente le parecerá al señor Guerra las reuniones del APRA con la mafia fujimoristas.
Se muestra de acuerdo con la renuncia de los ministros del Interior y Salud pero no por los casos de corrupción que se le imputan –“chantajes de la voracidad interpeladora” según él -sino para aliviar del “peso político” a Alan.
Así como hay, como señala Hugo Guerra, política de aguas puercas, también existen artículos de letras puercas como las que él escribe y termina comportándose como las ratas de albañal que el mismo describe.
[1] El Comercio. 6 de octubre del 2007, pág. a4, el artículo en cuestión se titula “Política de aguas puercas”.
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