El “anti-imperialismo constructivo” de García

Esta semana el presidente de Bolivia, Evo Morales, en visita oficial en el Perú, se reunió con el presidente García, en dicha reunión, entre otras cosas Evo recordó que García “antes era más anti-imperialista” y que ahora sigue un modelo neoliberal. El presidente, al día siguiente, en la conmemoración de los 28 años de fallecimiento del líder histórico del APRA, Víctor Raúl Haya de la Torre, aprovecho para responder al presidente Morales diciendo que su anti-imperialismo era un “anti-imperialismo constructivo”, algo que seguramente sorprendió –o causo gracia- a muchos anti-imperialistas de verdad. Ahora resulta que el más neoliberal de los presidentes de América Latina quiere hablarnos de anti-imperialismo. El señor García –y probablemente su partido- tiene una visión muy peculiar del anti-imperialismo.
El partido aprista tiene como uno de sus cinco puntos fundamentales (cinco como las puntas de la estrella de su símbolo) la “acción contra el imperialismo yanqui” siendo las otras: “Por la unidad política de América Latina”, “Por la nacionalización de tierras e industrias”, “Por la internacionalización del canal de Panamá”, “Por la solidaridad con todos los pueblos y clases oprimidas del mundo”. Aunque claro estos puntos fueron enunciados por el APRA de los años 30, nada que ver con el partido “Transformer” que es ahora, partido que se autodenomina de izquierda o liberal según sus intereses y donde los “mantillistas” y demás “búfalos” hacen de las suyas. Esto se vio claramente en su última campaña electoral. Ahora igual que hace 20 años es un partido que gobierna, para la oligarquía peruana e internacional, repartiendo demagogia entre los sectores más populares y pobres del país.
En verdad, antes la demagogia de García era tal que llegaba incluso a autodenominarse anti-imperialista y revolucionario durante su primer gobierno (1985-1990), de hecho esta denominación a sido utilizada frecuentemente en el APRA por sus seguidores. Pero esto es algo que no se ajusta para nada con la realidad. El presidente García quiere vendernos su visión distorsionada y conveniente a sus intereses y de la oligarquía peruana e internacional de lo que realmente es el anti-imperialismo. Según García su anti-imperialismo es constructivo, no destructivo, es decir que no rechaza a quienes vienen a explotar y saquear a la nación, sino que los acoge con el fin de lograr el “desarrollo del país”. Esta visión seguro causo más de una sonrisa entre los oyentes e hizo reflexionar de cuanto es capaz de ser tergiversada una teoría revolucionaria para ser útiles a los intereses de la oligarquía peruana e internacional.
Ser anti-imperialista significa básicamente atacar a sus pilares básicos. En el libro “Imperialismo, fase superior de capitalismo”, V.I. Lenin enumera a estos pilares: La concentración de la producción y los monopolios, el capital y la oligarquía financiera, la exportación del capital y el reparto del mundo entre las alianzas capitalistas. Sin embargo en los dos gobiernos apristas (en especial este último gobierno) lejos de atacársele o rechazarlo, lo incentivan aún más y promocionan como la santa y milagrosa esperanza del país, es por eso que los monopolios extranjeros invaden nuestro país (Telefónica, Techint, Repsol, las empresas mineras).
Estas inversiones podrían ser consideradas “constructivas” en el plano local sino atentaran directamente con los intereses del pueblo y promocionaran realmente el desarrollo del país. Estos monopolios extranjeros tienen muchas cosas en común, como la explotación de sus trabajadores, la depredación de los recursos naturales, la contaminación del medio ambiente, precios sobrevalorados de sus productos finales. Estos son solo algunos puntos. Sin embargo de cumplir con “ser buenos capitalistas” entonces entraría en contradicción con los propios intereses de los monopolistas y oligarcas que solo buscan el máximo beneficio a sus inversiones y destruir toda posible competencia, por ello les importa poco el país o sus residentes (aunque podríamos hablar del mundo en general).
García de nuevo es demagogo al decir que esto trae el crecimiento y el desarrollo del país. Es cierto que trae crecimiento que aumentan algunas cifras macroeconómicas como el PBI, pero todo visto a nivel muy general, ya que la mayoría de ese crecimiento es producto del saqueo de los recursos naturales y por la explotación a los trabajadores. Estas ganancias son llevadas a los países de origen de las transnacionales u a otra zona del mundo para seguir saqueando, recibiendo de todo ello los “óbolos” o las limosnas que le entregan al gobierno (esto fue idea de García). Pero visto desde abajo, todo resulta muy diferente, la pobreza sigue igual, solo hubo una ligera reducción según las cifras muy por debajo del porcentaje del tan anunciado crecimiento económico.
El “comechado” García usa este falso discurso para tratar de sorprender y engañar al pueblo, tergiversando las teorías revolucionarias y los hechos según su conveniencia, García claramente no es un anti-imperialista, sino todo lo contrario, es un pro-imperialista.