viernes, 9 de mayo de 2008

El Perú de ficción de Alan García

Ad portas de la Cumbre ALC-UE, el gobierno hace todo lo posible por crear la imagen falsa con la que quiso engañar a los peruanos, es decir la de un país exitoso y en vías de desarrollo, “al ritmo de un tigre asiático” en las entusiasmadas palabras de García. Como ello no es verdad ya que el “crecimiento” que los apristas y demás neoliberales anuncian con bombos y platillos no es sino producto de la sobre explotación de nuestros recursos naturales, la súper explotación y la anulación de los derechos de los trabajadores, es decir que es para el beneficio de las transnacionales y de un reducido grupo que se hace más ricos, mientras los trabajadores siguen viviendo en condiciones cada vez más paupérrimas.


Un ejemplo emblemático es el caso de uno de los obreros muertos en un derrumbe de una mala construcción en el distrito limeño de Miraflores, derrumbe que fue causa de la indiferencia de ciertos empresarios por la seguridad de los obreros y por la indiferencia además de alcaldes y ministros corruptos que se hicieron de la vista gorda con las irregularidades. Lo que más llamó la atención es que el obrero iba a contraer matrimonio ese mismo día, es decir que ¡incluso tuvo que trabajar el día de su matrimonio! Porque en un país donde cualquiera puede ser despedido arbitrariamente y sin ninguna razón uno no puede darse el lujo de pedir permiso por matrimonio, enfermedad, luto o cualquier otro motivo por más grave que sea, el trabajo es escaso dicen y si tu no estas disponible entonces habrán muchos otros que si lo estén. Esa es la excusa con la que poco a poco los trabajadores en el Perú han visto reducidos sus derechos y son cada vez más explotados, todo ello mientras unos robustos ministros salen a hablar de crecimiento y otros amargados neoliberales dicen que todo ello esta bien que “así funciona el mercado”.


Sin embargo el Perú que intenta mostrar la oligarquía y el aprismo dista mucho de ser el que ellos afirman, las municipalidades se esfuerzan por hacer parecer que el Perú es un país moderno, especialmente por las rutas donde pasaran los delegados e invitados extranjeros que asistan a la Cumbre, como es el caso del Callao, más específicamente de la avenida Faucett (donde se encuentra el aeropuerto), sin embargo si uno mira un par de cuadras más allá verá montones de desperdicios y la miseria con la que viven los pobladores a orillas del río, pero la municipalidad para evitar que los visitantes vean ello han tapado ese paisaje con grandes carteles de bienvenida, justo tapando la visión que da a los asentamientos humanos, donde vive la gente más pobre.


Nada de esto debe sorprendernos si hasta se pensó imponer un toque de queda y ley seca, tal ves García y algunos apristas crean que aún estamos en épocas de su “demócrata” dictador Morales Bermúdez o de su “compañero” Alberto Fujimori, es decir creen que estamos en una dictadura donde pueden hacer lo que se les venga en gana, sin embargo se han impuesto otras restricciones a los ciudadanos se cerraran avenidas y habrá policías por todos lados, eso sin contar los más que estresantes congestionamientos vehiculares producto del cierre de avenidas por obras que se realizan a última hora, cabría preguntarnos ¿a que le teme García?, ¿no se supone que vivimos en un país prospero y donde todos están felices?, ¿por que prácticamente cerrara al estilo de una Fortaleza el lugar de las reuniones?.


He dicho que García cree que estamos en una dictadura, y tal ves de hecho ya la estemos viviendo, en los últimos meses se han detenido ha muchos dirigentes de movimientos sociales acusándolos de terroristas, y ahora amedrentan a las ONG que luchan por los derechos humanos y también les acusan de terroristas y traidores a la patria, esto es típico de las dictaduras neoliberales, sin embargo García se esfuerza en presentar otro Perú, un Perú de ficción.


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